Por estos días se intensifica el bombardeo mediático pidiendo a los colombianos se inclinen a votar por X o Y personaje, sea para Congreso o Presidencia de la República; y efectivamente, millones de colombianos saldrán a votar en 2018 por estos personajes; es decir, por aquellos que entre otros aspectos, les han fijado los impuestos, les han determinado el modelo educativo, el modelo laboral y el modelo de salud. Absurdo, que el pueblo colombiano no aproveche tan importante momento histórico para poner en su sitio a quienes han establecido o “consentido” tan deplorable e inhumano sistema de salud.
Es la oportunidad para castigar con el voto a quienes desde el Congreso o los altos cargos del Estado han permitido que la salud se convierta en vulgar y denigrante negocio, en detrimento de la vida y la salud, sin consideración de edad, sexo o estado de la persona; sería masoquista que los colombianos sigan eligiendo a quienes tanto dolor han generado con sus decisiones con el modelo de salud que se padece; basta con echar un vistazo a sus comportamientos para desecharlos como opción electoral.
Respecto de aquellos que puedan ser una opción para resolver este flagelo, es la oportunidad para cuestionarlos sobre el sistema de salud que están proponiendo y comprometerlos ante las comunidades con firma en mano, sobre la transformación del modelo, por otro, en el que la vida y el servicio de salud digno, estén por encima del mercantilismo y del negocio con sus multimillonarias ganancias. Es la oportunidad para comprometer y obligar a todos los políticos, a que el dolor de millones de colombianos por el pésimo servicio de salud, cese; pues son ellos, quienes tienen el poder de hacerlo cuando son elegidos. Si el ciudadano no obra con responsabilidad, después no se queje.