El irrespeto al derecho fundamental a la salud

Por Jaime Sierra Delgadillo
exdefensor del paciente de Cali
Correo: jaimesierra7@gmail.com

El derecho a la salud fue elevado a categoría de derecho fundamental en la Ley Estatutaria 1751 de 2015, igualmente existen infinidad de normas que consagran grandes prerrogativas para los pacientes y las personas en general; sumemos a esto, la jurisprudencia, ya doctrina de la Corte Constitucional, de obligatorio cumplimiento en todo el territorio; no obstante, el maltrato y la mala calidad del servicio, en detrimento de la salud y la calidad de vida de las personas, es la constante; la excepción es el buen servicio.

Triste realidad, pero es la realidad. Los problemas y las crisis del modelo de salud, que se reflejan en el diario sufrimiento de quienes buscan atención médica, deberían ser objeto de permanente debate, hasta lograr, el punto de resolver de una vez por todas, tanta injusticia y tragedia; pero las noticias de todo orden, absorben un tema que nos toca a todos, pues se trata de la salud y la vida.

El Art. 5 de esta Ley, establece obligaciones puntuales del Estado, que de cumplirse, no viviéramos el horror que se vive en los servicios de salud; es letra muerta en una ley que se expidió con todos los bombos, pero que en realidad no ha resuelto ni el fondo ni la forma del problema. Mientras el negocio con su utilidad sea la columna vertebral del sistema de salud, seguiremos sufriendo esta realidad.

Realidad que sufren personas, como el joven Jonathan Andrés de 30 años, quien está muy delicado de salud y para su diagnóstico los médicos ordenaron una tomografía y cita de valoración con el especialista; la EPS SOS a la que está afiliado en Cali, se niega a darle la autorización para esto servicios médicos; mientras el dolor y el deterioro de su salud siguen avanzando, sin que haya ley estatutaria o jurisprudencia que le garantice servicios oportunos y eficientes.