Una mirada del feminicidio desde el derecho colombiano

Por Eslendy Collazos Quintero

El feminicidio es la máxima expresión de violencia que una persona ejerce sobre otra por el simple hecho de pertenecer al género femenino.

Cabe resaltar que, en el país, apenas en el 2015 se tipificó este delito como autónomo, pues antes estaba contemplado como un agravante del homicidio, lo que no le daba el reconocimiento normativo suficiente a este fenómeno para ser estudiado desde su propia caracterización, contemplando sus impactos y diferenciándolo del homicidio al momento de impartirse una condena.

Con el fin de reforzar la protección y reconocimiento de los derechos de las mujeres, el término feminicidio nació como un camino para darle un tratamiento distinto a este delito, aunque el hecho de que un crimen lo cometa una persona hacia una mujer no es suficiente para tipificarlo como tal, ya que deben existir otras evidencias demostrativas en las que se compruebe un abuso de poder, es decir, que se constate que el homicidio se cometió hacia un ser humano por el simple hecho de ser mujer, con motivación de odio y repudio del género femenino.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son las parejas o exparejas de las mujeres, después de abusarlas por largo tiempo, quienes comenten este delito.

Caso de Rosa Elvira Cely

En Colombia, el caso de Rosa Elvira Cely García se convirtió en un hito para toda la sociedad nacional e incluso internacional, pues ella fue violada, torturada y brutalmente asesinada el 24 de mayo de 2012 por un excompañero de estudio, y se demostró negligencia por parte de Estado frente al hecho, pues no atendió al llamado de auxilio de manera oportuna cuando Cely García, en medio de la escena de violencia, buscó comunicarse con las autoridades que llegaron al lugar cuando ya era tarde y la mujer se encontraba en estado crítico.

A partir de dicho suceso, surgió la Ley 1761 del 2015 que empezó a tipificar al feminicidio como delito autónomo y no como derivado del homicidio, en condición de agravado.

Esto permitió marcar un hito en la historia de las mujeres víctimas de violencia en el país, aunque esta realidad sigue presentando cifras alarmantes en el territorio según el Observatorio de Feminicidios en Colombia, que indicó que en lo que va del año 2023 se han registrado 252 casos.

Bajo esta perspectiva, es menester exponer que en el país no basta con los avances en materia jurídica para afrontar esta problemática, sino que se deben proponer otro tipo de rutas que complementen los esfuerzos de la Rama Legislativa y Judicial.

Por ejemplo, extender las oportunidades educativas a más territorios es una manera de transformar las visiones de las personas frente al valor de la vida como derecho fundamental, el respeto como una condición transversal a cualquier relación humana y la dignidad, como aquella posibilidad que permite reconocer a los seres humanos desde su configuración de sujeto social.

Fuente: occidente.co